Caño, taquito y volea

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Plácida victoria de Argentina sin Messi (3-1)

Sin problemas ni apuros. A pesar de empezar perdiendo, Argentina no tuvo dificultades para doblegar a una pobre selección peruana, que, ya eliminada, apenas prestó resistencia en un Monumental al que acudió muy poca gente. Con numerosas e importantes bajas como Messi, Mascherano o Higuaín, Sabella dispuso un ataque con Palacio, Lavezzi y Agüero, que funcionaron bajo la manija de un Di María movedizo y activo.

Con la tranquilidad de tener la clasificación en el bolsillo, Argentina empezó relajada. Perú, mediante Pizarro, aprovechó la fragilidad defensiva de la zaga albiceleste (fallaron Zabaleta y Fede Fernández) y la mala salida de Romero para sellar la sorpresa momentánea. Sin embargo, dos minutos más tarde, Lavezzi puso el empate tras un cabezazo del central Fernández, siempre bien por arriba (especialmente en el área rival). Empate y dudas.

La suplencia de Romero en el Mónaco abre el debate. Si no juega, si no tiene minutos, si no es titular, su presencia en el once es una incógnita, más teniendo en cuenta los buenos desempeños de otros arqueros como Barovero u Orión. La inseguridad de Chiquito fue evidente en el partido de ayer, por lo que su situación en el equipo francés marcará el futuro del arco del seleccionado.

Más dudas y debate existen en la defensa. El funcionamiento colectivo de la línea del fondo mejoró mucho en los últimos tiempos gracias a que Sabella los mantuvo siempre en el equipo. Sin embargo, tampoco transmiten seguridad ninguno de los cuatro de abajo, aunque ya tienen el puesto casi asegurado. La poca continuidad de Fede Fernández en el Napoli y el flojo rendimiento de Rojo (bien en el tercer gol ayer) aumentan las posibilidades de que otros jugadores tengan más oportunidades si juegan con regularidad en sus respectivos equipos. ¿Pueden jugadores sin continuidad en sus clubes jugar al máximo nivel en un Mundial?

A partir del empate argentino, Perú se vino abajo y Argentina comenzó a funcionar ofensivamente (como siempre). Banega empezó a conectar con un Agüero fallón que aguantaba de espaldas al arco. De ahí se generaron las mejores ocasiones, como en el tercer gol del local, de un incansable Palacio, ya en el segundo tiempo. Antes, en una gran jugada colectiva, Palacio había asistido a Lavezzi para poner la ventaja. Gran partido del Pocho, que jugó, hizo jugar, desbordó, asistió y marcó.

Sin sobresaltos, Argentina, ya clasificada, se aseguró el primer puesto en la Eliminatorias y empezó a pensar de lleno en Brasil 2014. Sabella, con la lista y el once muy definidos, debe estar atento a los momentos de forma de muchos jugadores para poder mejorar algunos puntos débiles en el conjunto argentino. Especialmente atrás. Ya todos saben que Argentina es muy fuerte ofensivamente y muy floja en en la retaguardia. Camino de Belo Horizonte, a pensar y progresar.

Imagen: Télam


Valdés y París

El Barcelona sacó un buen resultado de París. A pesar del empate agónico del Paris Saint Germain, los culés, que tenían la victoria en el bolsillo a un minuto del final, sufrieron a ratos en el partido. Victor Valdés fue, en varias ocasiones, quien salvó al Barcelona. Teniendo en cuenta las lesiones de Messi y Mascherano (¿es casual que se hayan lesionado los dos argentinos que jugaron un partido complicado la semana pasada en la altura de Bolivia?), la vuelta se antoja complicada, aunque el Barcelona sigue siendo favorito para pasar a semifinales.

Una de las figuras claves para conseguir este empate fue Víctor Valdés. Criticado injustamente en más de una ocasión, el portero culé fue vital. Será, otra vez, criticado por el empate de Matuidi en el final del encuentro, pero el disparo del mediocampista del PSG se desvía en el ingresado Marc Bartra. Valdés queda descolocado y no logra manotear la pelota para evitar el gol de los franceses. No puede hacer nada. Donde sí pudo hacer, y mucho, es en varias ocasiones del equipo de Ancelotti durante el encuentro.

El guardameta del Barcelona salvó a sus compañeros en más de una ocasión. En un fuera de juego de Lavezzi, con la jugada ya invalidada, Valdés tapó el disparo del argentino. No cuenta reglamentariamente, pero sí moralmente. Ibrahimovic también vio como Valdés le paraba un mano a mano claro y un libre directo en la primera mitad. El sueco sólo pudo vencer a su antiguo compañero en un claro fuera de juego que terminó en el primer gol de los locales. Fundamental fue el portero en alguna otra ocasión, como un buen tiro de Pastore desde fuera del área o uno de Maxwell. Todo esto, obviando la seguridad que transmite desde la portería culé.

Váldes mantiene un idilio con París. Será casualidad, pero sus actuaciones en París siempre fueron buenas. Y siempre en momentos importantes para sus equipos. Como lo fue en la final de París del año 2006 donde el Barça consiguió su segunda Champions tapándole a Henry dos mano a mano decisivos, como lo fue la semana pasada con la selección española para conseguir el importantísimo triunfo de su equipo, como lo fue esta noche frente al PSG. El Barcelona tendrá muy difícil encontrar un portero que se adapte a sus necesidades. Tanto sus compañeros como los directivos y técnicos tienen tiempo de convencer a Víctor Valdés de que no se vaya de Can Barça.


La complicada altura boliviana y un buen empate de Argentina

Argentina consiguió ayer un buen empate ante Bolivia en la difícil parada que tenía en la altura de La Paz. El partido, jugado a 3.600 metros sobre el nivel del mar, era una cita a la que Alejandro Sabella temía por los últimos antecedentes. El empate deja a los argentinos muy cerca de conseguir la clasificación para el próximo Mundial y a los bolivianos con muy pocas opciones. La altura se convirtió en un problema para solucionar con orden y trabajo para Argentina, que supo cómo jugar.

Alejandro Sabella, técnico albiceleste, no quería sorpresas. Los últimos encuentros disputados en la complicada altura de Bolivia habían sido nefastos para Argentina, que había sufrido un doloroso 6-1 en las últimas eliminatorias, con Diego Maradona como seleccionador. «La pelota no dobla», había dicho Daniel Passarella hace años sobre la altura. Sabella, antes del partido, agregó: «Dobla más tarde y cae muy rápido». Además del balón, los jugadores sufren por el poco oxígeno. Como bien describe Juan Pablo Sorín en este artículo escrito hace años, el problema en la altura es que «no hay aire» y que el cuerpo no responde a las órdenes de un «cerebro fatigado». La conclusión de la altura, para los jugadores no acostumbrados a jugar en esas condiciones, es «impotencia», según relata Sorín, quien jugó, marcó y sobretodo sufrió en La Paz.

Ante tanta expectación generada por este partido, como siempre es habitual cuando Argentina visita a Bolivia por las Eliminatorias Sudamericanas, Sabella tomó los recaudos necesarios. Visto desde lejos, Argentina planteó un partido defensivo. Puso cinco defensores (tres centrales: Campagnaro, Domínguez, Basanta; y dos laterales: Gino Peruzzi y Clemente Rodríguez), tres centrocampistas (Di María, Banega y Mascherano), un enlace (Messi) y un delantero (Palacio). Visto desde cerca, Argentina planteó un partido en donde la cautela, el orden y el constante trabajo eran vitales para no salir lastimados. Un planteo inteligente, dados los antecedentes y la inferioridad expuesta.

Bolivia arrancó con todo y lo atacó. La incomodidad argentina, propiciada por unos jugadores bolivianos que volaban, trajo consigo el primer tanto. Tras varios peligrosos acercamientos al área de Sergio Romero (un notable para su desempeño), Bolivia se puso en ventaja con un centro desde la banda custodiada por la fragilidad defensiva de Clemente Rodríguez. Parecía que los locales jugaban con un hombre más.

Argentina, que no estaba cómoda, empezó a tomar aire de la mano de Di María, un correcaminos constante. En sus pies estuvieron las mejores ocasiones albicelestes. Messi dijo de él después del partido: «Salía solo y nos dejaba a todos atrás. Fue impresionante lo que hizo». Inagotable, sus pulmones y un tubo de oxígeno (foto) fueron claves para que sus compañeros no se agotaran tanto. Messi, por su parte, no aparecía. Sin embargo, un pase suyo desde el medio hacia la banda permitió a Clemente Rodríguez (ahora bien) tirar un centro que Banega conectó con la red. Empate y primer gol oficial con Argentina para el futbolista del Valencia.

La Selección Argentina justificó el empate en la segunda parte, donde tuvo varias ocasiones para ganar el partido. Messi se perdió un mano a mano con el guardamete local, pero su pobre definición evidenció que a Leo le cuesta jugar en la altura. Aún así, generó buenas jugadas y en la segunda parte tuvo más participación que en la primera. Los bolivianos, en el complemento, bajaron su ritmo, a pesar de siempre ir hacia arriba. En un momento, sobre el final, parecía que el partido se lo podía llevaba cualquiera de los dos. Gracias al enorme trabajo de Banega (reeemplazado por Ponzio) y de Mascherano, que terminaron agotados, los bolivianos no pudieron entrar por el centro. Tampoco podían por fuera, donde las coberturas defensivas de los argentinos se sucedían. Igual, los locales tuvieron alguna peligrosa ocasión

A pesar de que Argentina pudo haberse llevado los tres puntos, las sensaciones, especialmente en la segunda mitad, fueron buenas, después de tantas malas experiencias en el estadio Hernando Siles de La Paz. La altura es una parada brava y Sabella, sabedor de las circunstancias y de la cómoda posición argentina en la tabla, supo administrar las fuerzas futbolísiticas para salir con más fuerza psicológica. Argentina empató, pero ganó moral y convencimiento para seguir en este encaminado camino hacia Brasil 2014.

En otros partidos de las Eliminatoria Sudamericanas, Chile venció a Uruguay por 2-0 y se sitúa en puestos de clasificación directa para el Mundial. Uruguay, tocada, quedó sexta y a día de hoy estaría afuera. De local, Ecuador le ganó por 4-1 a Paraguay y se posiciona segundo, tras la derrota de Colombia por 0-1 ante Venezuela, que a día de hoy, en quinta posición, jugaría un repechaje por acudir al Mundial.

Imágenes: Télam


La actualidad de la Argentina de Messi

Argentina jugará en esta doble fecha contra Venezuela y contra Bolivia. El primer partido, este viernes en el Monumental, significa la vuelta de la Selección a la cancha de River (sus dos últimos compromisos por Eliminatorias fueron vs. Uruguay en Mendoza y vs. Paraguay en Córdoba). En el segundo partido, el equipo de Sabella se enfrentará a la débil Bolivia en la altura de La Paz, donde en la pasada eliminatoria sufrió una goleada histórica (6-1). Un repaso a la actualidad de la Selección Argentina. 

Después de tres etapas agitadas con Basile, Maradona y Batista, Alejandro Sabella trajo calma y tranquilidad al entorno de la Selección Argentina. Ni peleas ni declaraciones cruzadas: sólo fútbol. Desde que asumió, en mediados de 2011, el extécnico de Estudiantes tiene como premisa fundamental armar un buen grupo para el Mundial de Brasil. Según las declaraciones de sus futbolistas, el armado del grupo humano es una de las prioridades para la convivencia dentro del seleccionado. En torno a la figura de Messi, líder indiscutido tanto dentro como fuera de la cancha, Sabella busca exprimir las grandes individualidades que tiene en la delantera para contrarrestar los problemas defensivos. Si se habla de nombres, la lista de atacantes es interminable. Messi, Higuaín, Di María, Agüero, Lavezzi, Palacio, Di Santo, Montillo y los no convocados Lisandro López, Nacho Scocco, Erik Lamela (de gran temporada), Javier Pastore, Carlos Tévez (que parece tener terminado su ciclo en la albiceleste).

Visto este extenso listado de nombres, el problema parece no estar en la delantera. El mediocampo cuenta con dos mediocentros a los que Sabella viene dando continuidad desde que llegó. Otro de los líderes de este plantel, Mascherano, es intocable, y Gago, con buen nombre en Argentina pero con un rendimiento muy irregular y bajo en Europa, no termina de convencer. Para la creación junto a Messi del juego colectivo argentino, hay jugadores como Banega, Montillo, Sosa, Pastore o Maxi Rodríguez. Pero como Sabella va a jugar sí o sí con «los cuatros de arriba» (Messi, Higuaín, Kun y Di María) sólo queda lugar para el pivote defensivo, en donde Sabella tiene también a jugadores como Guiñazú, el propio Banega o  ahora Leo Ponzio.

Los dos centrales titulares, Ezequiel Garay y Federico Fernández, no transmiten todavía la seguridad que se les exige. Buena prueba serán estos dos partidos, especialmente contra Bolivia en La Paz, para que esta pareja de centrales se siga conociendo y afianzando. Sabella confía en ellos, pero en más de una ocasión sus actuaciones no fueron del todo convincentes, como ante la Brasil olímpica o por momentos ante Chile y Suecia. Quizá, una alternativa sería probar a Mascherano de central, ante la falta de solidez que cuenta la línea más floja de la Selección. Para ello Sabella convocó a José Basante, defensa del Monterrey de México, porque jugadores como Demichelis ya no tienen lugar.

Otro punto débil son los laterales, en donde el único que parece tener el lugar asegurado es Pablo Zabaleta. Ni Marcos Rojo, ni Hugo Campaganaro (limitado aunque siempre cumplió), ni mucho menos Clemente Rodríguez parecen satisfacer las necesidades defensivas del conjunto argentino. Quizá, el lateral de Vélez Gino Peruzzi pueda ser una alternativa para el lateral. A la frágil defensa argentina, se le suma un arquero algo inseguro como es Sergio Romero, quien parece tener poca competencia por un lugar en el arco. Ni Andújar ni Orión logran mejorar el nivel del arquero de la Sampdoria. Llamar a Caballero, del Málaga, no sería una sorpresa con la buena temporada que está cuajando en su equipo.

Líder de las Eliminatorias con 20 puntos, a tres del segundo y a ocho del quinto, Argentina puede dar un gran paso hacia el Mundial si logra ganar en esta doble cita contra Venezuela y Boilvia. Con la Vinotinto perdió en Venezuela, en un partido horrible, y contra Bolivia empató de local (1-1) en otro mal partido del conjunto capitaneado por Messi, a quien la AFA mimó al confirmar que el próximo partido de local contra Colombia en junio se jugará en la cancha de Newell’s, en Rosario. Para el primer encuentro, Sabella no podrá contar ni con Di María, sancionado, ni con el Kun Agüero, lesionado, que tampoco jugará contra Bolivia. En su lugar, Montillo y Lavezzi, quien nunca rindió en la Selección, se perfilan como titulares.

Argentina tiene un claro desequilibrio defensa-ataque. Argentina no es el Barcelona ni tampoco es el Real Madrid, pero sus características se asemejan más al estilo del equipo de Mourinho que al de Tito Vilanova. Su espectacular pegada y su letal contraataque hace que con pocas oportunidades y sin buen juego, pueda ganar partidos. Robar en campo propio, buscar a Messi y rematar es el arma que tiene una selección que deberá encontrar una mayor seguridad defensiva para poder llevar a cabo esta forma de jugar.


Oro celeste y blanco

Tras quince días de competición, la máxima favorita al título, nuestra Selección, Argentina, logró revalidar el título de campeón olímpico colgandose jugadores y cuerpo técnico la ansiada medalla de oro. La primera fase fue tan tranquila como se esperaba, aunque el juego del equipo no fue el que a todos nos hubiese gustado a todos, y más teniendo en cuenta, la clase de jugadores con los que contaba el equipo del Checho Batista, y el nivel de los rivales. El primer partido fue un ajustado 2-1 contra los marfileños, que plantaron cara a la Selección, que no pudo desnivelar el partido hasta los últimos minutos de juego, con un gol de Lautaro Acosta tras un tiro libre sacado rápidamente por Leo Messi. Antes, el mismo Messi había puesto el 1-0 parcial al filo del descanso después de un magistral pase de Riquelme entre los defensores marfileños. El segundo compromiso, frente a Australia, se solventó con un gol de Lavezzi en la única jugada colectiva de Argentina entrada ya la segunda mitad. Aunque el equipo no convencía y no jugaba bien, se clasificaba primera de grupo. El tercer partido de la primera fase fue un trámite, donde el Checho Batista puso a la mayoría de suplentes: el resultado final fue 2-0 para la Selección con goles de Lavezzi y de Buonanotte, de tiro libre. En la segunda fase esperaba Holanda, un rival que forzó la prórroga tras el 1-1 en los noventa minutos reglamentarios. Messi había adelantado a la Argentina, pero el empate naranja no tardó en llegar. Para desiquilibrar el partido en favor argentino,ya en la prórroga, fue Leo Messi quien se sacó de la galera un pase exquisito entre líneas para que Di María definiese a placer ante la salida del arquero holandés. Tras el gol, Argentina no pasó apuro y se clasificó para semifinales, donde esperaba el Brasil de Ronaldinho y Diego, que había vencido a Camerún también en la prórroga. El clásico sudamericano se trasladaba a tierras chinas.

En el primer tiempo Argentina fue un poquito más, se la vió más activa y con las ideas más claras, pero no tuvo ocasiones claras como para desequilibrar el empate a cero. Recién en la segunda parte, Argentina se adelantó en el marcador tras un centro-chut de Di María, que terminó empujando el Kun Agüero, que todavía no había marcado en todo los Juegos. El 1-0 trajo tranquilidad a la Selección, y minutos más tarde, el Kun iba a empujar un centro de Garay para poner el 2-0. Aún así, Brasil reaccionó y pudo descontar con un tiro al palo de Sobis y con un tiro libre de Ronaldinho, que tambien pegó en la madera. Pero los brasileños empezaron a desquiciarse y empezó el baile argentino. Argentina tocaba y tocaba mediante Messi, Riquelme, Gago y compañia y los brasileños decidieron sentenciar el partido haciendose expulsar: primero fue Lucas Leiva y después fue Jo y mientras, caía el tercer gol argentino. Riquelme transformaba el penal cometido sobre el Kun y Argentina festejaba el pase a la final y la clara y satisfactoria goleada sobre el eterno rival. Brasil, se iba a consolar más tarde con el bronce, al ganarle a Bélgica la final por el tercer puesto. Argentina, en cambio, debía disputar la final contra los temibles nigerianos. Los fantasmas de Atlanta ’96 pasaron por todas nuestras cabezas…

La Selección llegaba a la final del torneo con un nivel mediocre, con un juego lento sólo eclipsado por los destellos de Leo Messi. La final fue más de lo mismo. En un partido aburridisimo, entre sueños otra vez, vimos sólo un destello de Leo, que habilitó nuevamente a Di María, para que este definiese con una hermosa vacelina. Este gol bastó a Argentina para hacerse con la medalla de oro, para retener la dorada y para confirmar, que las selecciones juveniles argentinas son, sin duda, las mejores del mundo. Una lástima, personalmente, me pareció el nivel de Riquelme en los partidos. Lento y cortandole el ritmo al equipo. Toda la velocidad de Leo Messi la mata Riquelme con su pausa. Messi y Mascherano fueron los pilares de esta Selección campeona en Pekín. El ex-River es pura garra, lucha, entrega y sacrificio. ¡Hasta jugó de central un partido! Buen torneo de Nicolás Pareja, reciente fichaje del Espanyol, que tomó el mando en una defensa un poco insegura, especialmente en sus laterales (Zabaleta y Monzón). En fin, que si la Selección sin jugar bien, ganó la medalla de oro, debería romperla si se ponen de verdad a jugar al fútbol como saben, y eso, aunque sean Sub-23, Sub-20, Sub 19, o la Mayor.


Sobre la presencia de Riquelme en la selección y el pobre rendimiento de Argentina frente a Ecuador

 

Juega la Selección, por lo tanto, estés donde estés, querés verla. Empieza la búsqueda para ver donde pasan el partido con tus miembros masculinos de la familia. “Acá no lo pasan, fijate en el cable” dice tu viejo. Tampoco acá, tanta Eurocopa abunda en Europa, y las Eliminatorias Sudamericanas casi ni importan. Finalmente, vemos el partido por Internet, la última opción y empiezan las quejas: “¡porque se traba! ¡cuánto retraso tiene! ¿por qué se ve tan tan mal?”. Bueno, da igual, la cosa es que más o menos ves el partido. ¡Antes de no verlo!

 

Ecuador en el Monumental, la vuelta de Verón a la Selección, Riquelme juega aunque el equipo anduvo bien sin él, y el tándem de chiquitos adelante (Pulga y Kun). Todo esto ayuda a que te quedes despierto para ver el partido, suerte Riquelmeque no es tan tarde esta vez…¡el miércoles sí que habrá que aguantar! Olé titula que es la hora de brillar. Hay que ganar, gustar y golear, como nos gusta a los argentinos que juegue la Selección, y más de local. El partido empieza y Argentina va al frente, como tiene que ser, pero sin claridad. ¿Demasiada gente en el medio campo no? Maxi Rodríguez por la izquierda otra vez, le cambian toda la cancha, rinde mejor por la derecha. ¿Y Riquelme dónde está? ¿Qué hace? Está parado. No, perdón, Siempre está parado, pero generalmente mientras está parado te da mil pases. Hoy esta parado, y no te da un solo pase. Esto hace que empiecen mis interrogantes, que me los vengo planteando hace tiempo: ¿Seguro que debemos jugar con Riquelme?¿Realmente Argentina tiene que jugar con Riquelme de enlace?¿Es tan indiscutido? Para mi, no. El hecho de que Riquelme esté en un equipo, quiere decir que hay que jugar por y para él (ejemplos Boca y Villarreal) Y no me gusta. Es el mejor jugador del fútbol argentino hoy en día, pero del fútbol argentino, no de todos los jugadores argentinos. Nadie duda de su capacidad, pero creo que si Argentina quiere ganar el próximo Mundial, la salida de Román en inminente. Con el ritmo del fútbol argentino no podemos ganar un Mundial, todos los jugadores son ‘europeos’ y deberíamos aprender a jugar como los europeos, con velocidad, ritmo e intensidad. Y Román es todo lo contrario. Riquelme nos hace entrar en una dinámica que va a su ritmo, lenta, con pausa, y no siempre tiene queMessi ser así. Que sabe aguantar la pelota y poner la pausa a un partido, seguro, pero hay otros jugadores que también saben hacerlo. Messi podría empezar de a poquito a conducir a la Selección: en el conflictivo Barça de este año y el pasado, él fue quien mas o menos, logró salvar algo, Y solo. Te abre la cancha (¿dónde estaban las bandas ayer?¡Somos un embudo!) encara, gambetea, asiste, mete goles. ¿Dónde está ese Messi? Dentro de la dinámica de Riquelme. Hoy estoy enojado, me molestó el juego de la Selección, me molestó el 1 a 1 final, me pareció muy pobre para tanto nombre, siempre por el medio, mucha conducción, y encima las decisiones de Basile no me gustaron, especialmente la de desplazar a Verón del lugar donde estaba rindiendo bien para dar entrada a Gago y la de no sacar a Riquelme de la cancha. ¿Dónde está el talento de todos estos fenómenos que pasean su calidad por el mundo? Esperemos que sólo sea un mal partido y esperemos que Riquelme pueda hacer que me calle luego del partido de Brasil, porque sólo deseo ganarle a Robinho y compañía en territorio carioca, incluso más de lo normal después de la dolorosa final perdida el año pasado en Venezuela. Ah, creo que ahora, quizá entiendo porque en Europa sólo pasan la Euro. Quizá.